he sido paciente
aún cuando la impaciencia
me carcomía hasta las dudas
he esperado hasta que el día
se hizo noche
y de nuevo así
esperar
parecía mi segundo nombre
esperar y esperar
a que calme la lluvia que llevo dentro
hoy sólo son fantasmas del ayer
en un presente que finalmente es mío
finalmente no hay más sombras en el jardín
ni adivinanzas que recibir
sólo el olor a pasto mojado una tarde de abril
la mentira perfecta
que escondes bajo una sonrisa sumisa
tanto que me gusta la verdad
en la boca de quien recita
las despedidas siempre me dejan
un sabor amargo
no sé a quién estoy dejando atrás
si a ellos
o a mí
y si espero ya no desespero
algo encontré esperando primero
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