viernes, 9 de febrero de 2024

La primera madre

¿Cómo fueron los últimos momentos donde intentaste sostener lo insostenible? Cuando la idea no pasa más allá de eso, ¿cómo puedes mirar todo lo que hiciste con tus propias manos sólo para que desaparezcan en un instante? Y si nada de eso funcionó desde el principio, ¿qué te detuvo? 

Qué implacable es la desazón cuando ves que todo el esfuerzo ha sido en vano, ¿has encontrado nuevamente una razón para esperar el futuro? Todo

                                                                                    todo

                                                                                                todo lo que estuvo al alcance nunca

                                                                     será 

                                                                                  suficiente

cuando lo que te rodea no sale de las tinieblas. Sí, es verdad, estamos rotos, crecimos así, con un vacío que nada podrá llenar, ni las ideas de una mejor fotografía que llegase a capturar lo que pudimos ser si conocíamos el amor de verdad a tiempo. 

¿Hay felicidad en tiempo presente? en las cosas cotidianas, cuando miras lo que te rodea y que todo es tan

                                                    tan imperfecto que es suficiente. 

                                                                                                        Las líneas de tus manos, la sonrisa de un extraño, cuánta vida corre en nuestras venas día tras días sin que lo reconozcamos. Deseo que sanes esa herida que te dejó el tiempo, donde lo que no te sostiene no tienes por qué sostenerlo. Donde esa rutina tan marcada que ha hecho estragos en tu mente pueda ser tu lugar seguro, tu paz, tu hogar, no importa si siempre pensaste que no tenías ninguno, no todos encontramos nuestro hogar tan pronto. Llegará un día en el que podrás ver que el esfuerzo no te trajo lo que querías, sino lo que necesitabas.

La teoría del vivir no existe, sólo la práctica. 

martes, 6 de febrero de 2024

Febrero, 06

         Ultimamente he sentido que las pastillas no me han hecho efecto. He sentido demasiadas emociones transitar mi cuerpo como si fuese una autopista con carros que no tienen freno, y eso me agota. Trato de mantener mi cuerpo ocupado para que mi mente no naufrague entre tanto pensamiento sin fin. 

Todo lo que mi cuerpo interpreta como una pérdida, es demasiado duro para mi alma de sobrellevar. El luto puede costarme años, perderse a sí mismo y estar en constante búsqueda de un yo nuevo que entienda que ya no puede mantenerse igual me ha sido difícil. Hay algo que extraño, que me ha dado una felicidad auténtica que no he sentido en otro lado. Y aún no identifico qué es precisamente eso que extraño de lo que extraño. Es como si viviera un ciclo interminable de dolores que van y vuelven como marejadas. Al menos ya no me castigo por ello. Sin embargo, aceptar que convivo desde siempre con estos dolores y con la facultad de sobreponerme a ello, ha sido lo que más me ha cansado. Hubiese deseado no doler, ya sabes, doler lo normal, ir y venir con los embates que da la vida y luego sacudirse el polvo de las rodillas y seguir avanzando. 

Pero me tocó doler, me tocó vivir a flor de piel todo lo que siento y estar navegando oleajes tempestuosos de tristeza, de amor, de furia, de melancolía. Yo no sé lo que es sentir a medias, y a medias, duras penas, sobrevivo a días así, donde respirar es todo lo que puedo hacer. 

martes, 2 de enero de 2024

La chica del cumpleaños

 Cuando se acaba un año y empieza uno nuevo, no sólo cambia la fecha para mí sino también mi edad, casi inmediatamente. Entonces no sólo pienso en todo lo que fue durante el año que pasó sino también, qué fue de mí en ése año cuando tuve esa edad. Y claramente ya a estas alturas no puedo pensar más que la edad es un número y que a lo largo de mi vida no ha determinado muchas cosas, sin embargo, es verdad que fui demasiado grande en una edad muy temprana y a veces muy pequeña para la edad que tengo hoy. Y es verdad que he tenido que hacer las paces con lo que a mí respecta, como niña, adolescente y como la adulta que soy, y es en estas fechas donde permito también que la melancolía atraviese mi cuerpo como buscando dónde anidar. A veces se queda, otras pasa desapercibida como marea en calma, que es verdad también que ya no siento el desgarro que significa vivir, del mismo modo.

Ya no tengo los mismos ojos ni el mismo corazón.

Y sin embargo (me gusta ese conector, es como: a pesar de todo, ¿no?), sin embargo, he llorado más veces de las que he reído, pero las risas... ¿cómo puedo explicar las risas? Me han dado siempre la respuesta a la pregunta que más vueltas ha dado en mi cabeza: por qué. Y es que mi vida se ha tratado mayormente en encontrarle significado a lo que no lo tiene, saber que existo por una razón aún si esa razón ha ido cambiando, y que el valor que tiene mi alma a veces está fuera hasta de mi propio alcance, aunque a veces no sepa valorar que lo que siento es tan profundo que no puedo mostrarlo y mucho menos verlo. 

Ha sido un camino largo, a veces agotador, difícil, pero que se ha hecho mucho más liviano gracias a quienes me han acompañado caminando a mi lado, conmigo, más rápido, más lento, hubo quienes incluso han esperado mis pasos hasta que pudiese andar de nuevo. La vida me ha enseñado que lo más importante han sido los lazos que he construido y re-construido, y me ha enseñado a agradecerlos, incluso a esos lazos que ya no están. A veces me agota estar en constante cambio, y sin embargo, sé que es lo único permanente. 

Hoy cumplo veintiocho años y sé que todo ha cambiado, yo he cambiado, ya dije, ya no tengo los mismos ojos ni el mismo corazón, sin embargo, en el fondo, sé que aún está esa niña que aunque nunca supo muy bien por qué, tuvo que aprender a sujetarse de lo incierto para no perderse demasiado; en el fondo, aún está esa joven que aún perdida, sostuvo la música y la palabra como antorcha que iluminaba sus pies, aún si no veía el camino. En el fondo, esa soy yo, habiendo encontrado más antorchas y más raíces que sí son ciertas, más caminos, más luz para iluminar todo lo que fui, traerlo conmigo al presente y agradecerles a todas las versiones que fui por haber cuidado esa pequeña llama de esperanza que nunca se apagó del todo. 

Hoy soy la llama que arde con vida.
Hoy todo lo muerto fue por lo vivido.

Gracias por leer.
La chica del cumpleaños.

jueves, 28 de diciembre de 2023

Querido Diario

fui la rabia hecha persona

me consumía por dentro el incendio que sólo esparcía cenizas en mi interior


fui la guerra hecha persona

un soldado oxidado con pies de niño en el campo de batalla listo para la próxima pelea


fui la tristeza hecha persona

la lluvia me ahogaba por dentro y yo no entendía por qué tenía que navegar a contracorriente


fui la espera hecha persona

y pasaron cientos de años entre mis manos antes de poder contar hasta diez


fui el vacío hecho persona

en la tierra no habían semillas ni raíces ni palabras de amor que regaran mi jardín


fui mucho y demasiado para algunos
fui poco e insuficiente para otros

fui tantas cosas en no tantos años
que aunque sé que ya no soy nada de lo que he mencionado
a veces
recuerdo
lo que se sentía ser una de ellas






viernes, 22 de diciembre de 2023

La espera

he sido paciente
aún cuando la impaciencia
me carcomía hasta las dudas

he esperado hasta que el día
se hizo noche
y de nuevo así 
esperar
parecía mi segundo nombre

esperar y esperar
a que calme la lluvia que llevo dentro
hoy sólo son fantasmas del ayer
en un presente que finalmente es mío

finalmente no hay más sombras en el jardín
ni adivinanzas que recibir

sólo el olor a pasto mojado una tarde de abril

la mentira perfecta
que escondes bajo una sonrisa sumisa
tanto que me gusta la verdad
en la boca de quien recita

las despedidas siempre me dejan
un sabor amargo
no sé a quién estoy dejando atrás
si a ellos
o a mí

y si espero ya no desespero

algo encontré esperando primero 

martes, 19 de diciembre de 2023

Melancolía

la soledad se hace evidente
tanta espera hace un corazón ausente

y aún escribiendo de lo mismo
no sé
si habría cambio alguno
en lo que ha ido
sucediendo
poco a poco
lentamente

cubriéndome de rosas
como si la suavidad
sanase todas mis heridas

reconozco
que estoy ausente
en espacio tiempo
de repente

cuando la angustia de un día ruidoso quiebre
la más grande melancolía
y sea un reemplazo
un espacio
en los últimos asientos del teatro
midiendo los pasos
entre la gente y la salida
por si acaso
por si acaso
siempre precavida
que tal vez tenga que salir corriendo
por si me deja la vida

domingo, 17 de diciembre de 2023

Humana

supe interpretar tu silencio como una partida inminente
querías de mí todo lo que no tuve
y aún así
no tuviste el valor de mirarme a los ojos
y preguntar
¿qué pasa cuando esa chispa no enciende más?

salimos del barro sólo para volver a caer
caminar no es fácil
levantarse mucho menos
erguida
o acostada
mi columna vertebral se confunde
con la tierra
y detrás de ella
el montón de sombras
cien fantasmas de hueso y sal
que pensaron que intentarlo era suficiente
y que en esta piel
no me volvería a ahogar